Entre leones

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martes, 14 de junio de 2011

EL DESPERTAR

EL DESPERTAR

Han pasado más de quince días desde que los ciudadanos y las ciudadanas expresaran su voluntad y con la perspectiva que da el tiempo, ya es posible realizar un análisis de los resultados de una forma un poco más desapasionada. El dictado de las urnas es claro y supone prácticamente, el desalojo del Partido Socialista de los gobiernos de la mayoría de las administraciones municipales y autonómicas. En estas elecciones hemos perdido votos y a la larga, puede que también a sus dueños, los votantes. Los han ganado la desilusión, la desesperación, la desconfianza y como no la indignación. Como se suele decir, unos han cardado la lana y otros hemos llevado la fama. Queda escrito así, el final del periodo en el que los y las socialistas hemos gozado de mayor poder institucional en España, gobernando incluso algunas autonomías que históricamente se nos habían resistido. Atrás queda el sueño, creado y alimentado por nuestro paisano, José Luis Rodríguez Zapatero que comenzó con la victoria socialista de las elecciones municipales del 2003, y que llevó a la sociedad española a ver cumplidas muchas de sus expectativas de modernidad y de progreso social. Y digo atrás, porque la sobrevenida crisis económica, ha provocado a la  vez, el empobrecimiento generalizado de la gente y sin embargo la minusvalorización de las altísimas cuotas de gasto y de coberturas sociales. Ni que decir tiene que tampoco han servido las leyes de extensión de derechos, tan importantes como la ley de la dependencia, que de momento no se quedan atrás sino que siguen teniendo vigencia (y una gran partida en los Presupuestos Generales), para contener la avalancha del llamado voto de castigo.
“El ciudadano nunca se equivoca al votar” me decía un veterano militante socialista el otro día y yo estoy de acuerdo − faltaría más − pero en esta ocasión, muchos hay que todavía se preguntan el nombre de la persona que han votado como Alcalde o Alcaldesa. O en el peor de los casos ni si quiera se lo preguntan. Quizá lo más difícil de comprender no sea que la mayoría no nos halla entregado su voto, porque hayamos cometido errores o porque hayamos tomado decisiones difíciles. Lo desesperante es que se lo hayan entregado a quienes se han pasado cuatro años sin hacer absolutamente nada, en algunos casos ni oposición.
En ese sentido, León es uno de los ejemplos más elocuentes. El equipo de gobierno socialista ha trabajado durante los últimos años no solo en modernizar esta ciudad sino en crear un proyecto de futuro, basado principalmente en el turismo y el desarrollo tecnológico y han conseguido que se ejecuten prácticamente todas las infraestructuras que históricamente eran necesarias para ponerlo en marcha. Sin embargo, hemos perdido mil docenas de votos y algunos de ellos han ido a parar a la saca de quien tan solo prometía bajar el IBI y limpiar las calles, contribuyendo a que el próximo día 11 se convierta en el Alcalde de esta ciudad.
Los y las socialistas hemos probado con experimentar la indignación pero, la verdad, no se nos da bien. Es preferible gastar la energía en el trabajo en vez de malgastarla en el enfado. Así que solo nos queda despertar de ese sueño, en el que siempre ganábamos y realizar una digna oposición, puesto que muy pronto, cuando la ciudad vuelva a demandar progreso y futuro, nos necesitará a su lado para hacerlo realidad.

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