Estreno

No se hizo esperar el momento. Este miércoles el recién nominado portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, hizo las delicias de todos los diputados y diputadas socialistas que esperábamos una respuesta contundente a la siempre "respoleta" Soraya Saénz de Santamaría. Empezó ésta, criticando la decisión del Gobierno de congelar las pensiones, como medida de contención del gasto público y aventuró, como siempre sin concretar, que había otras partidas de las que era posible deducir esa cantidad. No se anduvo el  Vicepresidente con rodeos y tras una primera intervención corta y escueta, en la segunda, le espetó que el actual Gobierno socialista había revalorizado más las pensiones en un solo año que el Gobierno de Áznar en ocho. Fin de la discusión. Después de seis años y medio al frente del Gobierno, Zapatero se ha dado cuenta, por fin, que tiene en su haber un sinfín de argumentos a favor de su gestión y que es la hora de contárselo a la gente, sin rodeos, tal cual son. Es verdad que la crisis nos ha obligado a hacer cosas antes inimaginables, pero no es menos cierto que durante cinco años el Gobierno de España trabajó para  avanzar en el estado del bienestar y sobre todo para garantizar la igualdad de oportunidades de acceder a él. Gracias a ello, la sociedad española partió desde un alto nivel de covertura social para afrontar esta crisis y se ha mantenido hasta la fecha. Lo sabe todo el mundo, por eso es hora de que nosotros mismos también lo interioricemos. Mientras tanto, paladeamos el buen sabor que nos ha dejado el estreno del nuevo portavoz del Gobierno.

La cuesta abajo

Esta semana, a pesar de la relativa calma, con que se ha desarrollado todo, ha sido otra, y ya llevamos varias a lo largo de esta legislatura, en la que han tenido lugar hechos de gran importancia para la buena marcha del país. Es cierto que la política siempre imprime un cierto carácter trascendental a todo lo que sucede. De tal modo, que los ciudadanos y las ciudadanas ya no se alarman cuando son avisados de que viene el lobo. Mucho menos ahora, tan acostumbrados como estamos a las malas noticias. La realidad es que el pacto que ha alcanzado el grupo Socialista con el Grupo Vasco y con los dos diputados de Coalición Canaria, aporta la calma y la estabilidad política que necesita hoy el país, para encarar la recuperación de esta crisis, en la que parece, hace siglos estamos sumidos. Quizá no sea estrictamente la responsabilidad lo que ha llevado a que vascos y canarios se alíen con el Gobierno en este nuevo match point, pero lo cierto es que han demostrado tener mucha más cintura que otros grupos que, bien obligados por poses exageradas previas o bien por su constante rechazo a todo, se han quedado de nuevo sumidos en la inacción y en el olvido. Los PGE 2011 han salvado su primer examen y ya caminan hacia la siguiente meta. Con esto y prácticamente todas las reformas estructurales hechas (falta la de las pensiones) el Gobierno de Zapatero comienza a vislumbrar un ligera pendiente descendente.

Con todos vosotros y vosotras: Samuel Folgueral

No me chilles que no te veo

Después de la inauguración de la nueva terminal del aeropuerto de León, con una inversión total de casi 80 millones de euros por parte del Gobierno de Zapatero, que parece que alguno le da vergüenza decirlo, la pelota pasa, a partir de este momento, al tejado de la Junta de Castilla y León y de la Diputación provincial de León que preside y controla el Consorcio del aeropuerto. Hacía un tiempo que la polémica no les salpicaba pero ahora no les queda más remedio que dar respuestas a los leoneses y a las leonesas. Si el Gobierno de España os ha puesto la mejor infraestructura posible ¿porque la oferta de vuelos sigue siendo penosa?, ¿la falta de competencia entre compañías y los precios astronómicos tendrán algo que ver con la escasez de viajeros? y sobre todo, ¿si el modelo funciona en Valladolid porqué no puede funcionar en León, si tenemos prácticamente la misma masa crítica de población? Las respuestas son obvias. Por eso, los responsables de la Junta y los de la Diputación se dicen entre sí, "no me chilles que no te veo": unos que no saben y otros que no les interesa acabarán por conseguir que la infraestructura permanezca ridiculamente infrautilizada, al menos durante el tiempo que la sociedad tarde en cambiarlos.